VILLAMIEL ROMANA
Todos hemos oído comentar que el origen de nuestro pueblo es medieval, ya que en el primer documento donde aparece reflejado nuestro pueblo con el nombre de “Villamelis” es un texto de 1176, donde la consideran alquería, es decir, una especie de aldea o casas de labor, desde donde se explotaba el territorio que actualmente ocupamos. Pero, y si os dijera que nuestro pueblo se remonta mucho mas atrás en el tiempo…
Tenemos constancia que, ya en época prehistórica, los habitantes de la zona se asentaron en nuestro término en los no pocos hallazgos que se han hecho de este periodo en nuestro pueblo. Si os acordáis, hace poco tiempo, en el que denominamos Camino de Argance, se estuvieron realizando unas obras de extracción de tierras, en las cuales, técnicos arqueólogos encontraron restos de cerámica y utensilios de piedra de época paleolítica. Además, gran parte del término municipal, como he comentado antes, alberga restos de esta época, algunos de gran belleza y laboriosidad.
Pero no es en este periodo en el que nos importa ahora. Pasemos página de calendario a unos siglos por delante, al siglo III a.C en concreto. En dicho siglo, la Península Ibérica estaba dividida en distintas tribus prerromanas que ocupaban distintas regiones de nuestro país. Además, existían colonias cartaginesas en el sur y griegas en el este, con los que comercializaban los antiguos habitantes de la Península. Nuestra zona estaba ocupada por una tribu de origen íbero denominada Carpetanos. Es en este siglo cuando dos potencias comerciales mediterraneas utilizan nuestro territorio para expandir su poder: Roma y Cartago. La Península Ibérica se convierte en el escenario de las luchas entre las dos potencias, y ya sabemos todos como termina: Roma vence a Cartago y con ello, se apodera del territorio peninsular, donde se encuentra nuestro municipio. Aunque esto parece así tan fácil, a Roma le costará dos siglos conquistar la totalidad de la Península, ya que desde la primera vez que llega a Ampurias en el 218 a.C para luchar contra los Cartagineses no será hasta el 19 a.C cuando termine de conquistar la zona
Cántabra y Astur.
En esos momentos, Hispania, como se comenzará a llamar a partir de ahora, se convertirá en el granero de Roma, ya que de aquí saldrá la mayor parte de los cereales, vino y aceite que consuma la capital del Imperio. Además será el escenario de las guerras civiles que mantendrán las distintas facciones romanas para llegar al poder.
En nuestro pueblo, la presencia romana será muy temprana ya que tenemos registrados varios asentamientos de época republicana, es decir, desde comienzos de la romanización en nuestro país. ¿Y como sabemos esto? Os preguntareis. Hace ya unos años, dando un paseo por el campo por una zona que no detallaré (ya que al publicarse puede ser pasto de los furtivos), pero enclavada en nuestro término, encontramos una pequeña moneda y un trozo de cerámica característicos de esa época republicana. Además, esa zona está plagada de cerámica tipo sigilata, que se correspondería con las vajillas de lujo de la época, lo que nos hace pensar que el asentamiento romano en nuestro pueblo contaría con una gran importancia. Este yacimiento se encuentra a escasos metros de donde se encuentra nuestro pueblo y posiblemente contara con unas pequeñas estructuras de vivienda desde donde sus habitantes cultivarían los cereales característicos de nuestra zona.
Pero lo mas impresionante de los restos romanos en nuestro pueblo los encontraríamos mucho antes. Según me he podido documentar preguntando a los habitantes mas mayores de nuestro pueblo, allá por los años 50, a un agricultor de nuestro pueblo se le enganchó en su arado una piedra blanca de unos 70 cm con una forma muy singular, era un torso, una figura que como podéis observar en la foto no contaba ni con extremidades ni cabeza. La escultura de mármol llamó la atención porque, como podéis observar, su forma se asemeja a la de nuestro Santo Patrón San Sebastián, y parece ser que todo quedó en eso, el hallazgo de la figura del Santo, no contaban con que pudiera ser un resto romano.